Esta semana (del 26 de marzo) he pensado, que uno de esos mementos tan especiales y «para recordar», que todos los padres tenemos en la retina, es cuando vemos a nuestros hijos, recién bañados, cenados y tranquilos antes de dormir.
En ese momento en el que lo que más se oye en casa es, «ya está niños, vamos a calmarnos, venga, a dormir!», y lo que quieres es que se relajen y se duerman, para poder hacer algo sin interrupciones, ese momento es uno de los más especiales del día.
Cuando por fin se relajan y se duermen, contemplarlos así, tomándose su biberón, leyendo una historia antes de dormirse o viendo unos «dibus» antes de irse a la cama, en ese momento siempre los miro y pienso: «dentro de muy poco, cuando se hagan mayores, estos momentos se terminarán», porque son momentos de infancia, que pasan rápido. Y por eso os animo a que aprovecheís y disfrutéis de ellos.
Éstos son los míos…